martes, 22 de octubre de 2013

Nómada Brewing Co. - Gato Negro & Fela Ransome-Kuti and The Afrika '70 with Ginger Baker - Live! (1971)

Después de un poco más de un mes de parón, vuelvo a la carga con un maridaje que promete mucho. La cerveza con la que se cuenta es la Gato Negro de Nómada Brewing Company. Nómada está considerada una de las mejores cerveceras españolas y de las que más presencia tiene en el extranjero. Nómada Brewing Co. son: Sami Claret (Humala Beer), Javier Aldea (Kitsch Bar) y Ramón Sorribes (Cervezalandia.es). Su nombre proviene de su filosofía gypsy brewer (fabricar en instalaciones ajenas),

La Gato Negro es una Black Ale con adición de levadura Brettanomyces (“Brett”). Esta levadura está presente en las cervezas de fermentación espontanea (lambic, gueuze,…) y en otros estilos como las Saison, o las Sour Ales (Ales agrias) en general. Un estilo de cerveza que probaré por primera vez.


La Gato Negro es una Black Ale con adición de levadura Brettanomyces

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En lo que a música se refiere, el disco elegido es por primera vez un directo, que sin más se titula Live! Hablo del Live! de Fela Ransome-Kuti and The Afrika ’70 with Ginger Baker.

El padre de Fela era profesor y su madre fué una destacada luchadora feminista en Nigeria. Fela fué enviado a Londres a estudiar medicina pero acabó estudiando música, Fela dominaba el teclado y el saxofón, pero también tocaba la guitarra, la trompeta y la batería. En Londres formó un grupo y empezó a tocar una mezcla de jazz de influencia europea y highlife (reinterpretación del jazz surgida en Ghana y luego extendida a otros países africanos). También allí se caso y tuvo hijos, volviendo luego a su Nigeria natal.

Visitó Ghana para enriquecerse más en lo que a música se refiere y dio nombre al estilo de música del que sería pionero, el Afrobeat, una combinación de funk, jazz, rock psicodélico y diversas músicas africanas. Fela viajaría también a Los Angeles donde conoció el Black Power y las Panteras Negras. De vuelta a Nigeria formaría una comuna con pretensiones de estado independiente llegando ya a la fecha en la que coincidiría con Ginger Baker para grabar con él este Live! (1971), además de Stratavarious (1972) un disco de estudio.


Solo mencionar que poco después cambiaría su apellido Ransome-Kuti por Anikulapo-Kuti, ya que consideraba que Ransome era un apellido de esclavo. También intento acceder a la presidencia de Nigeria y tras fracasar fue encarcelado por el gobierno. Fela Kuti acabaría muriendo en 1997, a los 58 años de edad, víctima del SIDA.

Ginger Baker, fue un batería británico que formo parte, entre otros, de Cream. Cuando, a principios de la década de los ’70, fue a vivir a Nigeria coincidió con el emergente Fela Kuti, con quien grabaría este disco en directo y otro más de estudio. En los ’80, después de liderar un grupo propio, se unió al post-punk de grupos como Hawkind o Public Image Ltd. En los ‘90 participaría en un grupo hard-rock, en reuniones de ex miembros de Cream y en algunos proyectos junto a Gary Moore.


Afrobeat, una combinación de funk, jazz, rock psicodélico y diversas músicas africanas.

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Pasando a la cata, la Gato Negro se sirve con un color marrón muy oscuro, prácticamente negro. La espuma de burbuja grande no es muy abundante, pero tiene una retención considerable y plasma un buen encaje en las paredes del vaso.

En nariz dominan los aromas de la levadura Brettanomyces, aromas que recuerdan al cuero húmedo, la madera vieja, las bodegas antiguas, junto con alguna nota metálica. Bajo ese aroma tan funky (en el panorama cervecero anglosajón se usa este adjetivo para definir los gustos y aromas de las cervezas que incluyen Bretts) es difícil, de primeras, reconocer aromas de lúpulo, malta o otras levaduras.

En boca de entrada no es tan funky como se parecía advertir, destaca más un amargor moderado tirando a alto. El torrefacto de las maltas se vuelve también evidente. El cuerpo es consistente y el trago aunque puede ser medianamente largo se siente algo oleoso. Tiene también algo dulzón, se le supone algo de maltas caramelizadas, pero el final del trago se torna bastante seco. La carbonatación tirando a baja y fina, ayuda a la bebibilidad de esta cerveza.

En el retrogusto se vuelven a mostrar los Brett en todo su potencial, y ahora después de un paso por boca si se notan ciertas notas entre florales y herbáceas del lúpulo.

Como ya decía al principio es la primera cerveza de este estilo que pruebo. Me parece que la integración entre las levaduras Brett, las maltas torrefactas y caramelizadas y una buena dosis de lúpulo resulta muy pero que muy acertada y placentera. Felicidades una vez más a los chicos de Nomada.
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Este disco destaca por la fuerza de sus interpretaciones. Un directo de 4 canciones, pero con una media de 12 minutos por pista. En ellas se despliega todo el abanico de estilos que difícilmente pueden sonar más amalgamados y enriquecidos de lo que aquí se consigue. Afrika ’70 estaba compuesto por: 2 trompetas, un saxo tenor y uno barítono, una guitarra rítmica, un bajo eléctrico, batería, 3 congas, percusión y un shekere, un tipo de guitarra africana. Este tremendo grupo comandado por Kuti se nutre de unas líneas de bajo de lo más funk, unas percusiones que aportan la parte más tribal y unos vientos que tanto refuerzan los cánticos de Kuti como emiten solos de jazz fantásticamente ejecutados. Los teclados de Kuti ayudan a reforzar la reminiscencia funk de su música.

El papel de Ginger Baker, no hace más que reforzar el impacto que ya de por si crean los Afrika ‘70. Su dominio de la batería se muestra sin complejos y sin absorber el protagonismo de la banda. Baker, solo suma.
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A medida que se atempera un poco la cerveza, el aroma se vuelve más complejo, integrándose algo de ese lúpulo que notábamos en el retrogusto. Esta combinación de aromas acaba por dar unas notas cítricas estupendas, que reforzadas por el final de trago seco, gusta y sorprende encontrar en una Black Ale. Me sigue sorprendiendo también como una cerveza con claras notas dulzonas en boca, puede tener un final tan seco.
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Sin duda este maridaje birromusical ha sido de los más satisfactorios hasta la fecha. Y es que aquí se han bebido tremendas cervezas y se han escuchados discos fenomenales, pero no sé si nunca había logrado un maridaje tan perfecto. El Black Power y el Funk se aúnan en gran medida tanto en el disco como en la cerveza.  

jueves, 5 de septiembre de 2013

Bad Attitude - Dude & Festival BirraSo

Festival BirraSo - 6 y 7 de Septiembre - @ Poble Espanyol, Barcelona


Ya estamos de nuevo por aquí, una vez acabadas las vacaciones estivales. Y volvemos con un post algo diferente. 

Esta vez el maridaje Birromusical lo motiva el Festival BirraSo que este fin de semana hace su aparición en El Poble Espanyol de Barcelona. De la mano de Beer Events (organizadores del BBF).

En este novedoso festival se nos ofrecen dos tarde-noches (Horario de 18h a 2h) de música en directo de calidad. Pero con el hecho diferencial de que la calidad no se quedara en el escenario, sino que por fin la podremos encontrar también en las barras y en nuestros vasos.



En BirraSo se podrán encontrar cervezas de algunas de las mejores cerveceras nacionales (AS, FORT, GUINEU, NAPARBIER, R-115 y STEVE’S) e internacionales (ANDERSON VALLEY, BAD ATTITUDE, BREWDOG y DE MOLEN). Esto es sin duda un gran aliciente, pues lo que predominan son los festivales patrocinados por cervezas industriales y que exigen exclusividad de su producto.

Respecto a los grupos el Viernes 6 tocan: Zeidun (19h), Tokio Sex Destruction (20h), The Sweet Vandals (21,30h), Fundación Tony Manero (23h) y Betagarri (00,30h). Y el Sabado 7: Perrocker (18,15h), Los Fulanos (19,15h), Los Chicos (21h), The Excitements (22,30h) y Dr. Calypso (00,30h).

La cerveza que he elegido para es la Dude de Bad Attitude. Esta brewery Italo-Suiza ha aparecido recientemente en los locales especializados de nuestro país y no ha decepcionado en absoluto. Sus cervezas tienen una imagen bastante interesante y rompedora, y algunas se inspiran en personajes como Kurt Cobain o Jeffrey Lebowski. Jeffrey Lebowski o The Dude (El Nota) es el personaje protagonista de la genial comedia dirigida por los hermanos Coen, El Gran Lebowski, interpreta el personaje el oscarizado Jeff Bridges.

La Dude se presenta como una casi-Doble IPA de 7,51% de alcohol y 90,7 IBUs de amargor. Destaca que su envasado se realiza exclusivamente en lata.
Se sirve con una espuma de burbuja pequeña no muy abundante y con una retención escasa, aunque no llega a desaparecer en lo que dura la cerveza en el vaso. El color va entre el ámbar y el cobre, sin turbiedad. La carbonatación es muy ajustada, fina y agradable.

En nariz destacan los aromas entre florales y afrutados del lúpulo, reforzados por algo de caramelo de la malta.

Al beberla se notan rápidamente los 90,7 IBUs que le dan un amargor contundente, pero no llega a ser desfasado, pues las maltas caramelizadas y el 7,51% de alcohol lo contrarrestan bastante bien.  

En el retrogusto se percibe el caramelo de las maltas, los afrutados del lúpulo (frutas rojas) y, la única pega, algunas notas herbáceas, seguramente por la excesiva lupulizción.

El resultado pues es una cerveza a medio camino entre una IPA y una Doble IPA que no decepcionará a los amantes de las cervezas altamente lupuladas.


Con esto no queda más que animaros a asistir a todos al Festival BirraSo este fin de semana y disfrutar de buena música y buena cerveza, que como no podría ser de otra manera es un maridaje que me encanta. Yo asistiré seguro, aunque como trabajador. 

Para ir abriendo boca os dejo este vídeo de los Dr. Calypso con uno de sus temas más conocidos Plan 10.
   ¡Nos vemos en el BirraSo!

lunes, 22 de julio de 2013

Naparbier - IV Beer Riders & Enrique Morente - Omega (1996)

Naparbier - IV Beer Riders & Enrique Morente - Omega


El soporte de auriculares también se llama Omega.
El Omega de Enrique Morente y Lagartija Nick es probablemente el mejor disco del panorama estatal que se facturó en la pasada década. Una genialidad de principio a fin. Morente, elrara avis del flamenco se junta aquí con Lagartija Nick para realizar un tremendo álbum donde el rock sinfónico y el flamenco se fusionan como nunca antes se había hecho. A su vez, el disco sirve para rendir homenaje a Federico García Lorca y al cantautor canadiense Leonard Cohen que tantas veces ha cantado al poeta.


Mientras empiezan a sonar los sonidos espectrales de Omega (Poema Para los Muertos), el primer corte que da título al disco, comienzo a servir esta cerveza. La IV Beer Riders, una American Pale Ale hecha en Naparbier (Noáin, Nafarroa) con la colaboración de tres grandes del panorama cervecero nacional. Manolo Baltasar del Frieburg (Hospitalet), Sven Bosch del Drunk Monk (Mataró) y Tibor Domenech del Animal (Madrid).
Es una cerveza que se sirve con una espuma abundante pero que rápidamente se va retirando hasta quedar en una fina capa de medio centímetro. Se ve más o menos transparente y con un color ambarino precioso.
En nariz, y en sintonía con la canción, denoto que algunos de los aromas que aparecían con contundencia en esta cerveza, cuando la probé de barril en su estreno, han desaparecido. En lugar del potente aroma del Mosaic, restan algunos aromas cítricos, pero los que más destacan son los herbáceos.

Mi pesar se ve reforzado cuando Morente empieza a entonar los versos del poema “Cuna y panorama de los insectos (poema de amor)” de Federico. El intenso sentimiento que se desprende se mezcla con la instrumentación y los samplers fantasmagóricos, logrando un ambiente que no puede entristecer-se más.  Cuando la lagrimita está a punto de aparecer, la banda aporta un subidón que te hace creer que no todo está perdido.

Le doy el primer trago a la IV Beer Riders y compruebo que sigue siendo una buena cerveza, las maltas le aportan un cuerpo más que suficiente para el estilo y unas notas acarameladas muy agradables. Sigo percibiendo que parte de la potencia del lúpulo que le recordaba ya no aparece. Pero en conjunción con las maltas el sabor de la cerveza es muy bueno aunque recordando quizás más a estilos británicos que americanos.

Y acabado Omega, el temazo estremecedor, empieza otro tema que no tiene desperdicio. Ahora versionan la adaptación que Cohen hizo del “Pequeño vals vienés” de Lorca. Take this walz vuelve al idioma castellano. Acordeón, caja flamenca, coros femeninos,… Parece que si Federico hubiera imaginado la canción, le habría sonado tal que así.
Ahora le toca a Morente lucirse con la adaptación de un fragmento de la obra teatral El Público, también de Lorca. Solo del pastor Bobo como decía le sirve a Enrique para darlo todo de su cante flamenco, pero como no podría ser de otra manera junto a un genial palmeo y cajón aparecen las guitarras de El Paquete y Juan Antonio Salazar, imprescindibles.
El cuarto corte es una versión del First We Take Manhattan de Leonard Cohen.  Esta versión, además de traducida al castellano, introduce palmeos, arreglos de guitarra y coros flamencos.  Y la colaboración de la hija de Enrique, la grande Estrella Morente.

Y el paso del rato, a diferencia del tiempo de embotellado, no le sienta nada mal a esta cerveza. Ahora que se ha calentado un poco se hace más evidente los cítricos y resinosos del Cascade, en nariz.

En un disco de homenaje a Lorca no puede faltar La Aurora de Nueva York. Y esta sentida adaptación realmente pone los pelos de punta. Morente gime ("por la inmensa escalera") y dibuja con su voz la "angustia de los sudores sin fruto". La guitarra de Vicente Amigo sostiene el carácter de este tema dándole la intensidad que merece.

Un gran disco que rompió los límites del flamenco, junto con una cerveza llegada de la mano de algunos de los más grandes del panorama cervecero estatal.


El sexto tema es otra versión de Cohen. Priest (Sacerdotes) cuenta con las guitarras virtuosas de Tomatito y Montoyita. Morente se relaja por momentos, pero sin dejar de transmitir la fuerza que le caracterizaba. El último minuto de tema es para los coros, en los que vuelve a participar Estrella y un cajón que suena casi rumbero que le da el ánimo que al tema le había venido faltando.
El séptimo tema deja atrás el flamenco tan evidente en los anteriores temas para dejar paso a soplos de guitarra eléctrica muy distorsionada, palmas incesantes y percusiones tribales. Morente a su vez canta en un sotovocce ahogado que pone en situación con el tema, Niña ahogada en el pozo.
Adán, el octavo corte, es un lamento flamenco que reza los versos de Lorca acompañado exclusivamente de la guitarra de Isidro Muñoz. Sentimiento puro.
Vuelta de Paseo empieza con la guitarra de Cañizares y el lamento de Morente. Pero cuando parece que el tema invita a la somnolencia entran los Lagartija Nick con potencia invitando a Morente a alzar la voz. Rock y flamenco no pueden combinarse mejor.
En el décimo corte del disco, Vals en las ramas, los Lagartija Nick vuelven a retirarse y regresa el sonido puramente flamenco.  La guitarra a cargo de Isidro Muñoz raspa y puntea por encima de un Morente que reza más que canta. Mientras la percusión de Tino di Geraldo se vuelve fundamental. No es el mejor tema del disco.
Y si Enrique está dispuesto a rezar como podría faltar la versión del Hallelujah de Cohen.  En este tema se vuelve a incorporar la banda pero sin tomar todo el protagonismo. El cajón de di Geraldo y los arreglos de Amigo también están presentes poniendo la puntilla. Y tampoco es de Enrique, pues parece recitar más que cantar. En este tema, como no podría ser de otra manera, quien destaca es el coro. Eso si Morente les da el primer Aleluya con un aullido estremecedor.

Entramos pues en la recta final, con la IV Beer Riders ya terminada y con un regusto mejor del que la primera sensación me había producido.

Empieza a sonar Norma y paraíso de los negros. Los coros en los que predominan las voces masculinas casi no dejan sitio a que Morente se luzca. La guitarra a ratos sincopada a ratos con punteos sublimes de Isidro Muñoz suena mientras Di Geraldo acompaña con una contundente pero calmada percusión. Tampoco es el tema más destacable.
Y para acabar otra obra de arte. Ciudad sin sueño (Nocturno de Brooklyn Bridge) junta en un tema todo lo que se ha podido escuchar en el disco (excepto la huella de Cohen) llevándolo al extremo. Una batería contundente, palmas que ametrallan, coros casi espectrales, los gemidos sin igual de Morente y un poema de Lorca tan contundente como la música que lo ensalza.

Hasta aquí el maridaje BirroMusical de un gran disco que rompió los límites del flamenco, junto con una cerveza que de mano de algunos de los más grandes del panorama cervecero estatal demuestra que colaborando se puede llegar más lejos que yendo cada uno a la suya.


martes, 9 de julio de 2013

To Ol Black Maria & The Specials - Specials (1979)

To Ol Black Maria & The Specials - Specials (1979)



Después de una calurosa tarde-noche de domingo trabajando, al llegar a casa bien merecía una buena cervecita. Tras mirar la nevera la elegida es la Black Maria de To Ol. Y como no podría ser de otra manera había que maridarla con un buen disco. Escojo el álbum de debut y homónimo de The Specials. Tienen pinta de maridar bien!

Los Specials fueron una revolución a nivel Europeo al acercar los sonidos jamaicanos (Ska, Rocksteady,...) al público blanco. Estos sonidos ya se escuchaban en las barriadas de inmigrantes mediante las Soundsystems y gracias a la aparición de bandas como los Specials, el movimiento fue ganando adeptos. A los Rude Boys, se les unieron los Mods y llegó el movimiento obrero Skinhead. 

Los Specials sentaron cátedra a nivel musical. Pero también plasmaron perfectamente la indumentaria que se asociará a este movimiento. Trajes entallados, camisa, corbata, gafas de sol y sombreros que los hacían cercanos a los Mods pero sin olvidar la interracialidad, que quedaba patente en sus filas dándoles autenticidad.

Con el disco ya en el reproductor procedo a servir la Black Maria. Esta se sirve con una abundante espuma de burbuja generalmente pequeña aunque no es del todo regular. La retención de la espuma es más que buena. El color es negro opaco con algún reflejo marronoso en los bordes.


A su vez, el disco empieza a sonar por todo lo alto con el temazo “A message to you Rudy”, un rocksteady mítico, que en realidad es una versión de Dandy Livingstone.

Mientras suena, meto la nariz en el vaso y compruebo que se advierten los aromas lupulados esperados en esta Black IPA. Principalmente cítricos pero con algo entre frutal y floral. Pero se advierte a la vez algo de tostado.

Llega el segundo tema, “Do the Dog”, aquí la voz suena más punk, aunque el ritmo sincopado nos recuerda que ellos estaban en otra onda.

En el primer trago de la Black Maria la malta le gana la partida a los lúpulos, haciendo pensar que será otra Black IPA que se queda más en el black que en el IPA.

Seguidamente una “It’s up to you” vuelve a sonar muy jamaicana a pesar que la voz nos siga recordando que son ingleses. Es un reggae tranquilo, creo que se podría considerar un Dub.

Ahora que el paladar ya ha sobrepasado la primera impresión de las maltas torrefactas. La Black Maria se puede expresar como es deseable, aportando un carácter lupulado no excesivamente amargo pero tremendamente agradable, el retrogusto trae algo de los 8% pero deja que se muestren los aromas florales.

“Nite Klub” si no fuera por los vientos y las potentes líneas de bajo, nos podría parecer otra vez firmada por un grupo de la escena punk.

Las paredes del vaso van quedando marcadas por un bonito encaje de espuma a medida que se avanza y trago tras trago va sorprendiendo. A ratos vuelven las notas torrefactas, y a ratos se esfuman, para dejar paso a aromas que solo pueden venir de unas adiciones tardías de lúpulo, pues como decíamos no estamos ante una bomba de IBUS.

“Doesn’t make it alright”, se caga en los partidos fascistas que en la época afloraban en Inglaterra. “Porque no sois nadie” les espetan para que les quede claro.

Esta noche calurosa también se nota en el vaso y la temperatura va subiendo, vuelvo a meter la nariz y ahora en el aroma ganan claramente el café y el chocolate.

Me apena un poco pero “Concrete Jungle” lo soluciona, vuelve el ritmo sincopado del Ska y por poco me pongo a bailar. Jungla de asfalto (concepto adoptado del Catch a Fire de Marley) ya sabemos de qué va el tema... ¡Arrggh!

¡Pues sí! he acabado moviéndome un poco y como si me leyeran el pensamiento los Specials bajan el ritmo a un suave rocksteady que no podría ser más apropiado “Too Hot” (versión de Prince Buster). Cae una buena chicha esta noche.

Ahora que los Specials se cagan en militares, policías,… Recuerdo que no he explicado que esta cerveza está dedicada al jefe de policía de Copenhagen, Indsats Bjarne. No sé si porque es un aficionado a las Black IPA y lo tienen en gran aprecio o todo va con recochineo. Pero lo cierto es que lo qué se ve en la etiqueta es el patio de la comisaria de la capital danesa y que Black Maria es una manera coloquial de llamar a los furgones negros de la policía.


En Guns of Brixton de The Clash se oye "No need for the black maria, Good bye to the Brixton sun", podría haber usado el London Calling para el maridaje, pero habría sido demasiado fácil.

¡Venga! otro Ska para el cuerpo “Monkey Man” versión de los Maytals que hace difícil no volver a mover el esqueleto.

Y sin abandonar el ritmo Ska, vuelven a ponerse punkies y proclaman el advenimiento de una nueva era “(Dawning of a) New Era”. Lo de ponerse punkies es un decir, porque nunca oiremos decir eso a un grupo punk.

La cosa sigue en calma “Blank expression” no es la mejor canción del disco, pero sigue sonando de maravilla.

Al igual que la Black Maria, que a pesar de estar unos grados más caliente de lo que me gustaría sigue manteniendo el equilibrio, ahora se nota un poco más el amargor y se está volviendo un pelín astringente, pero nada desagradable.

Ahora le toca recibir al sagrado matrimonio “Stupid Marriage” buena canción donde destacan los teclados y su final de ritmo creciente.

En una línea parecida una caótica “Too much too Young” nos acerca a la realidad de los suburbios, de Inglaterra en este caso, pero fácilmente extrapolable a otros lares. Buena letra pero musicalmente un tema difícil de asimilar.

Apenas quedan un par de tragos y la Black Maria sigue mostrándose como lo que es. Quizás una Robust Porter con una presencia extra de lúpulos aromáticos. Pero se queda en el espectro del eterno debate de si es posible una Black IPA tal como muchos desearíamos, donde la oscuridad se quede en lo visual y no pase a nuestras papilas.



¿¿Se me han colado los Rollings?? “Little Bitch” comienza con un fragmento guitarrero que se parece demasiado a “Brown sugar”. Pero rápidamente vuelve al sonido que se espera de la banda. Este mismo riff lo acabaron usando los Dandy Warhols en su publicitaria “Bohemian Like You”.


Y para acabar un temazo, originario de los abuelos del Ska los Skatalites, “You’re Wondering now”, nos recuerda que hemos llegado al final.

Y como el vaso también esta finiquitado, hasta aquí llega este maridaje BirroMusical que como habréis visto tiene un nuevo formato. Espero que me hagáis algún comentario, si os gusta más el formato de explicación intensiva del disco y de cata formal, o bien este formato directo en el que lo voy explicando tal y como viene.


¡Muchas gracias y hasta la próxima!

viernes, 28 de junio de 2013

Thornbridge Wild Swan & David Bowie - Hunky Dory (1971)

Cerveza suave en su conjunto pero rica en matices y un álbum que pese a como pueda sonar es de todo menos insulso y prescindible.

Summer Ale de libro y poprock proto-glam.


Thornbridge, es una brewery inglesa creada en el condado de Derbyshire en 2005, esto representa bien poca cosa en la vasta historia cervecera inglesa. Pero Thornbridge es especialmente importante porque junto a Stefano Cossi, fué fundada por Martin Dickie. ¿Quién es Martin Dickie? Pues, ni más ni menos, quien en 2007 abandonó Thornbridge para fundar Brewdog con JamesWatt.

Thornbridge, sobrevivió a la ruptura y aunque es obvio que, hasta la fecha, no han tenido una progresión tan espectacular como la de BrewDog (y además siempre arrastrarán el hándicap de ser conocidos por eso), se puede decir tranquilamente que sobreviven por méritos propios. Por aquí es complicado encontrar la totalidad de su gama. Normalmente apenas pueden verse diferentes estilos de Pale Ales (IPA, APA, “South Pacific Pale Ale”), una Vienna Lager, una Imperial Russian Stout y alguna colaboración. Pero su gama es bastante más extensa y, como buenos ingleses que son, además de embotellar y embarrilar una parte importante de su producción se acondiciona en Cask.
La cerveza que nos ocupa hoy es la Wild Swan, ellos le atribuyen el apelativo de White Light Pale Ale y es, para que todos lo entendamos, lo que se viene conociendo como una Summer Ale.


El álbum escogido para disfrutar de esta suave pero nada insulsa cerveza ha sido el Hunky Dory del gran David Bowie.
Era 1971 y Bowie estaba lejos de ser la estrella que prometía ser en el 69 con su Space Oddity (que funcionó más como single que como álbum). Le siguió una etapa en la que se presentaban como The Hype, pero la idea no funcionó y en 1970 apareció el The Man Who Sold The World donde probó con algo más Hard Rock y comenzó a explotar su aspecto andrógino, declarando ser gay para alcanzar más popularidad, maquillándose,... Pero, pese a todo, fracasó de nuevo.
Así que volvió a lo que le había funcionado, a esa voz a la vez afeminada, desgarbada y melancólica. Acompañada por un sonido más pop que otra cosa, que le permitían decir absolutas barbaridades pero pudiendo sonarle bien a las madres.
Pero Hunky Dory no es solo un álbum pop con golpes de guitarra acústica cantado por un hombre con voz de veinteañera con alguna copa de más (¡vale! También puede parecer una prostituta cincuentona borracha...). Sobre esas inofensivas melodías Bowie recita letras que son de todo menos superficiales, pasa como si tal cosa por la sexualidad, la filosofía, el poder mundial, la enfermedad mental,...
Desde el principio, en Changes, confiesa que -a pesar de estar encontrando el estilo que más tarde le hará confirmarse como estrella del Rock- piensa seguir reinventándose.
Oh! You Pretty Things plasma la dicotomía de plasmar profundas reflexiones, sobre músicas  pop, melódicas y alegres. Este segundo tema, aunque cueste creerlo por esa melodía de aparente felicidad, esta basado en un futuro poco prometedor extraído de la literatura de ciencia ficción combinado  con tesis de Nietzsche.
Después del breve Eight line poem. Lo da todo con la perla del disco, Life on Mars?, una pieza espectacular se coja por donde se coja. Las guitarras acústicas suenan genial y el texto es una especie de Clockwork Orange aplicado a los cambios que se están viviendo en la sociedad de esos años, todo narrado en tono surrealista-esquizofrénico. Se dijo de ella que es una suma de un musical de Broadway y un cuadro de Dalí. Además Life On Mars? fue escrita como mofa del My Way con el que Anka y Sinatra triunfaron. Resulta que Bowie estuvo cerca de apuntársela, pues fue el primer encargado de la traducción de "Comme d'habitude".
Después llega la canción más inocente del álbum, Kooks, donde nos encontramos ante un Bowie desconocido relatándonos escenas familiares dedicadas a su hijo recién nacido.
Sigue una lamentosa Quicksand, que pese a estar musicalmente en el lado opuesto, rescata los mismos temas que se tratan en Oh! You Pretty Things y los pone patas arriba. Nos habla de sectas ocultistas que se creían demasiado el concepto nietzschiano del superhombre y que habían frecuentado los mentados Himmler, Churchill y “Garbo”.  También se menciona a Crowley, que era el tipo chungo que montaba las sectas.
La siguiente Fill Your Heart es una especie de himno hippie que rebosa buen rollo, libertad y felicidad. Seguramente más una burla de lo que no llegó a ser que otra cosa.
Las tres pistas siguientes son dedicadas a tres artistas que gozaban de gran éxito y reconocimiento en aquellos momentos, aunque la admiración de Bowie por ellos era dispar. En la primera, Andy Warhol, se homenajea al artista que para Bowie represento una fuente de inspiración imprescindible. Es necesario saber de esa admiración ya que no muestra reparos en hablarle de tu a tu y describirle tal y como el lo ve. De hecho, a Andy Warhol no le gustó la canción porque pensó que se reía de su aspecto.
En la siguiente Song For Bob Dylan, se atisban más aires de mofa que de elogio, Bowie le habla con despreció y lo acusa de inaccesible y de acomodado, aunque no esta descartado que en el fondo Bowie admirará al rey del Folk-Rock. El tema parodia la Song to Woodie del propio Dylan ya en la primera linea, pero invirtiendo totalmente el tono y el lenguaje (Bowie llama a Dylan por su nombre de pila). Todo esto en un tema que calca el estilo Dylan en lo musical y de forma muy lograda también en la voz, que lo hace todo aún más pernicioso.
Y le sigue una increíble Queen Bitch, un sincero homenaje al sonido Velvet, una muestra de admiración por Reed y lo que hacían los de New York. Y le quedó tan bien que por si sola Queen Bitch ejemplifica perfectamente lo que será el Ziggy Stardust y el Glam Rock bowieriano.
El álbum finiquita con The Bewlay Brothers una canción difícil de interpretar y que al parecer está dedicada al hermano de Bowie que padecía esquizofrenia. En cualquier caso, es un tema en forma de balada tan lúgubre y siniestro que cierra el disco dejando un regusto extraño. Parece que en la última canción por fin música y letra se ponen de acuerdo después de haber corrido por su cuenta durante todo el disco.
Así Bowie en Hunky Dory sienta las bases de lo que será su gran éxito unos meses después, el The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars, que plasmará como ningún otro la cumbre de su inspiración, su éxito y, también, su excentricidad. Hunky Dory se queda a un paso pero es igualmente un disco imprescindible.


La Wild Swan al servirse presenta una espuma muy blanca de burbuja irregular, con buena presencia aún sin ser muy abundante. Tampoco destaca por su retención pero aún así no se desvanece completamente, permaneciendo durante toda la toma con una fina capa cubriendo el líquido. Presenta un color dorado pajizo y una efervescencia visible con burbujas que suben rápidamente por el líquido totalmente transparente.

En nariz destacan aromas a lúpulos cítricos (puro limón) y herbales (hierba recién cortada).  El perfil aromático de la malta es casi imperceptible, en cambio, se puede sentir algún compuesto de la levadura. La conjunción de estos aromas acaba mostrando también especies (pimientas), resinas suaves.
En boca destaca la frescura, potenciada por la carbonatación que sin ser excesiva es considerable e incluso alta para una cerveza inglesa.  Invita a un trago muy largo por su baja graduación (3,5%) y su amargor muy moderado. No destaca por su cuerpo, algo que no es un “defecto” si hablamos de una Summer de tan baja graduación. Se muestra seca pero sin nada de astringencia, lo cual la hace aún más refrescante.
En el retrogusto vuelven a aparecer las notas herbales del lúpulo y algo de uva dulce.



Pues finalmente estamos ante un maridaje birromusical muy curioso. Wild Swan que desde un principio (por graduación y aspecto en el vaso básicamente) podía parecer de lo más insulsa, resultó tener algo más que aportar. De manera similar pasa con Hunky Dory, lo escuchas y te parece liviano, popero, que alterna con buen criterio entre baladillas bien hechas y temas algo más rock. Pero resulta estar repleto de complejidades y es que la “locura” de Bowie estaba reciente a explotar y se dejaba ver algún que otro atisbo de genialidad. Quizás la Wild Swan no sea tan completa como para manejarse con estas complejidades, pero sintoniza perfectamente con la escucha superficial del disco en un mediodía soleado de primavera degustándola bien fresquita, ya que al calentarse afloran algunas de sus carencias. 

viernes, 14 de junio de 2013

Dale's Pale Ale & Pixies - Doolittle (1989)

Dale's Pale Ale & Pixies - Doolittle

Aquí va la primera entrada a este blog con un maridaje birromusical que me ha causado una enorme satisfacción.



La cerveza degustada ha sido la Dale’s Pale Ale de Oskar Blues BrewingEsta cervecera americana fue de las pioneras y permanece como estandarte de las Canned Craft Beers (cerveza artesana enlatada) que en poco más de un año a nuestro alcance tanto nos han sorprendido. A los que hemos podido probarlas nos han roto el mito de que la cerveza en lata sabe peor.

En Oskar Blues presumen de ello y parece que toda la producción que sale de su fábrica en Colorado va en latas de 33 o 50 cl. Además de la Dale's, en Oskar Blues son los artifices de maravillas enlatadas como la Ten Fidy (Imperial Stout) o la G'Knight (Imperial Red IPA). Además, y como también es costumbre al otro lado del charco, en Oskar Blues no solo se limitan a hacer cerveza sino que también poseen un gran restaurante donde degustar sus cervezas junto a copiosas raciones de comida de lo más americana. Y, por si fuera poco, tienen sus propias granjas de cereales y lúpulo e incluso una empresa de bicicletas REEB cycles.

Centrándonos en la Dale's, al ser llamada Pale Ale sorprende primero de todo por su porcentaje alcohólico 6,5% y su grado de amargor de 65 IBUs. Esto la sitúa un poco fuera de estilo, incluso considerándola una American Pale Ale (más generosas que las Inglesas). Si nos ceñimos a los varemos estilísticos debería considerarse una IPA.

Respecto al disco. El Doolittle de los Pixies, fue en 1989 el segundo LP de la banda confirmando que lo del Surfer Rosa (1988) no había sido un espejismo y que realmente los de Boston estaban sentando las bases de lo que tenía que sonar en la década que estaba por empezar. Así, sin ninguna duda, estamos ante los precursores del Grunge, y quizás ningún grupo de los que luego se apuntaron a susodicho movimiento llegó a igualarlos en calidad y autenticidad.

Con un sonido más depurado pero sin alejarse de la filosofía que impregnaba Surfer Rosa y el EP de debut Come On Pilgrim (1987), la banda sigue mostrando los altibajos propios de su estilo, temas más cándidos (o poperos si se quiere) como Here comes your man o La la Love se contrarrestan con el rock duro y los chillidos de Wave of Mutilation o Gouge Away.
Cabe remarcar que el propio Black Francis (vocalista de la banda) reconoció la influencia que el surrealismo de David Lynch influyo en su música. Esto se traduce tanto en su sonoridad como en los temas de las letras moviendose entre la locura, las escenas bíblicas más violentas, la autodestrucción y las perversiones sexuales. Además, el tema de apertura Debaser se inspira en Un Chien Andalou de Buñuel y Dalí. 


Comienzo el maridaje sirviéndome la Dale's en un vaso de pinta americana, aparece una cerveza dorada tirando a ámbar, muy transparente. La espuma, de burbuja pequeña, aparece consistente y, si bien no es rocosa, tiende a "crostear" en su parte superior. A pesar de ello la retención de la espuma no es demasiada y disminuye en los 2 primeros minutos quedando una fina capa, que por otro lado se puede mantener cubriendo el liquido durante toda la toma.
En nariz vienen rápidamente las notas de lúpulo, pero bien entremezcladas con las maltas tomando un perfil aromático complejo, más propios de American Ambers. Los aromas recuerdan a frutas rojas, resina de pino, mandarina y algo de bizcocho, finalmente también se aprecia un poco de alcohol.
En boca muestra el potencial de sus 65 IBUs, presentando un amargor considerable y que sorprenderia a cualquiera que pensara que tiene una Pale Ale al uso entre sus manos. Rápidamente este potente amargor se entremezcla con el dulzor maltoso-caramelizado equilibrándola perfectamente. Ya no queda ninguna duda, la Dale's está muy próxima a una American IPA. La carbonatación es suave y conforme se va bebiendo (y calentando) se vuelve casi inapreciable. El amargor perdura después del trago en los laterales de la lengua y en el retrogusto vuelven a aparecer frutas rojas, resinas y cítricos.



Sin duda el maridaje entre esta cerveza y este disco resulta más que apropiada. Ambos ofrecen una contundente amalgama de sensaciones. Dulzura y amargor en el caso de la cerveza, y momentos de melancolía seguidos de gritos de rabia en el caso del disco. Los gritos de Francis son sin duda dignos de los 65 IBUS de la Dale’s. En cambio, los coros de Deal y las guitarras, que en algún tema llegan a sonar alegres, se sintonizan a la perfección con la malta caramelizada y los aromas afrutados.